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Júpiter: Nuestra Última Esperanza de Encontrar Vida Cercana

Júpiter: Nuestra Última Esperanza de Encontrar Vida Cercana
La perspectiva de hallar trazas de moléculas orgánicas dentro del Sistema Solar -según estiman los astrobiólogos- se restringe a unos pocos lugares que reúnen las condiciones para albergar vida alienígena. El mayor número de posibilidades lo alimenta Europa, sexto satélite natural de Júpiter. Bajo una gruesa placa de hielo, este “mundo” ligeramente más pequeño que la Luna esconde un océano subterráneo con elevada concentración de oxígeno que, se sospecha, podría ser similar al de la Tierra. Para corroborar esta presunción, la NASA tiene planeado lanzar en los próximos años una misión de sobrevuelo para determinar el mejor punto para enviar un módulo de aterrizaje.

La definición clásica para un ambiente habitable se refiere a un mundo que tenga la presencia de un solvente, como puede ser el agua, disponibilidad de los materiales básicos para la vida y condiciones benignas de una fuente de energía. “En la Tierra, los seis elementos químicos que forman parte de los seres vivos son hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, azufre, carbono y fósforo. Pero hay que pensar que lo que se podría llegar a encontrar no es igual a la vida como la conocemos. Podría tratarse de bacterias primitivas como las que hubo en la Tierra temprana”, señaló Daniela Maizel del Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE), Departamento de Química Biológica del Conicet.

 

Uno de los inconvenientes de Europa es que su tenue atmósfera es incapaz de filtrar la radiación que azota la superficie proveniente de Júpiter. Sin embargo, un estudio reciente reveló que algunas biofirmas podrían conservarse intactas ya que la capa de hielo sería capaz de amortiguar la radiación, lo que implica que bastaría con raspar el suelo para hallar indicios. Así, un científico del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, Tom Nordheim, modeló en detalle junto con su equipo el entorno de radiación de Europa. Y en una prueba de laboratorio analizó a los aminoácidos, llamados “bloques de la vida”, moléculas que forman las proteínas con actividad biológica- serían destruidos por la radiación. Posteriormente, estimaron a qué profundidad las moléculas necesitarían estar enterradas para resistir a las embestidas de las ondas electromagnéticas.

 

“El requisito indispensable para que se desarrolle la vida como la conocemos en cualquier rincón del Universo es el agua líquida. Sin este elemento no hay chances de hallarla. A esto habría que sumarle una serie de nutrientes y una fuente de energía (calor o radiación ultravioleta) para que se desarrolle el organismo. También, podría tratarse de organismos anaerobios, que no utilizan oxígeno en su metabolismo. El otro lugar que podría albergar vida es Marte. Pero al no tener atmósfera, la sospecha es que podría estar bajo la superficie”, describió Maizel.