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Plutón en Capricornio: El Rey está desnudo.

Lentamente se van resquebrajando como sujetas a un sutil terremoto que no cesa las estructuras físicas, emocionales y mentales ante la desesperación de aquellos que procuran mantenerlas. Es un proceso global transversal a todos los estratos personales y sociales de la humanidad, y todos podemos verlo claramente si prestamos atención. Lo primero en caer son las máscaras, las conocidas y brillantes máscaras, deslucidas ya por el amarillento tinte añejo con que supo revestirlas el tiempo, que dejan expuesto a la luz el carcomido esqueleto que las sostiene. Podemos ver cómo esos rostros confiables que tanto nos tranquilizaban con sus sonrisas paternales y protectoras, comienzan a parecerse cada vez más a siniestras calaveras que con macabro gesto incesantemente nos devoran, y cómo, casi en cámara lenta, caen los velos ilusorios que nos ciegan por doquier dejándonos expuestos a la más cruda realidad.

Astrología: La historia del Oë, el pez volador

Se que cuando menos sonará extraña esta historia, cuando no ficticia. Pero lo cierto es que esta historia contiene completamente la más pura e histórica verdad, siendo la primer y única historia que aún existe siendo anterior a aquella que algunos denominan la más bella jamás contada, pues aqui comenzó verdaderamente nuestra Historia, ya que solo pudimos escribir la Historia luego de que el Oë nos enseñara a escribir. En realidad se llamaba Uänna y, crease o no, era un pez volador.

Plutón en Capricornio: La única verdad es lo que sucede.

Quien dijo esto fue Don Nicolás Macchiavello, y nació a las 23:07 Hs. del 3 de Mayo de 1469 en Florencia, Italia. Su Plutón natal está retrógrado a 6° 03' de Virgo, pero para el momento en que escribió la mayor parte de su obra, y mientras desarrollaba hasta la culminación su carrera política, estaba bajo el tránsito de Plutón en Capricornio haciendo un trino creciente a su Plutón Natal. Esta fase de V de su propio Plutón en VIII conjunto a Quirón autoexpresándose. Fue historiador y filósofo político cuyos escritos sobre habilidad política, amorales pero influyentes, convirtieron su nombre en un sinónimo de astucia, duplicidad y eficiencia. Elemento paradigmático indispensable de su obra y de su pensamiento, fue “El Príncipe”, y aunque su autor murió en 1527 apareció publicado por primera vez en 1532. Un texto que fue, es y será, manual de texto seguido posteriormente hasta el día de hoy por todos los gobernantes del planeta: Como lograr la conquista y mantenimiento del Poder.

Plutón en Capricornio: Algo personal…

Nos preocupa tanto el impacto global sobre los asuntos del mundo de esta energía transpersonal, que por lo general no prestamos la debida atención al modo en que influye dentro del mapa particular de una persona. Hace unos días, en una clase, alguien me preguntó qué podía esperar de su hijo recién nacido que poseía esta configuración en su estructura. Le pregunté con qué nombre lo habían llamado. Me miró desconcertado, luego abrió los ojos muy grandes y dijo: “¡Ay, ay, ay! Adolfo… como mi suegro”

Plutón en Capricornio: La Respuesta de Zeus

Allá por el 2008, cuando el Señor de los Infiernos ingresó a Capricornio, ya advertíamos que debían seguirse de cerca los acontecimientos en Grecia y la India para seguirle la pista al impacto en la Sociedad Humana de ésta energía transpersonal operando en el mundo. Casi nadie prestó mucha atención a estos hechos, absorbidos como estaban por el espectacular derrumbe de las bolsas mundiales suponiéndolos pequeños y sin importancia comparados con lo que representaba para ellos la noticia con la que los medios de comunicación nos bombardeaban. Se olvidaron que los más grandes árboles nacen de muy pequeñas semillas y que lo importante no se trata del dinero, sino de la gente.

Astrología de la crueldad (3): En el nombre del Arte.

En el nombre del Arte se han hecho muchas cosas, y se siguen y se seguirán haciendo. En el nombre de Dios también, tantas como en el de la patria o del amor. Pero nada de lo que se hizo o dejó de hacer ha disminuido en algo el nombre de Dios, el de la Patria, el Arte o el Amor. Y lo mismo pasa, pues… con la Astrología.

Astrología: La Sopa de Letras vs. La Gramática de las Estrellas.

¿Por qué no entiendo de un modo completo lo que leo en el lenguaje astrológico? ¿Por qué cuando digo lo que veo allí, no abarco nunca todo lo que allí dice? ¿Por qué por más que miro y miro una Carta Natal no se me ocurre nada que decir? ¿Por qué dos más dos no dan simplemente cuatro cuando hablamos en el lenguaje astrológico? Estas son algunas de las preguntas más frecuentes que se plantean las personas que se inician en el estudio de la Astrología, y las de muchos otros que llevan años y años de estudio metódico y esforzado. La respuesta a todos estos interrogantes es muy simple: Están intentando meter una ballena gigante dentro de la jaula del canario.

Plutón en Capricornio: El Día en que Dios se transformó en Mosaico.

“Hay un problema”, dijo uno. “Para tener el control total vamos a necesitar tener una absoluta y completa impunidad…”, agregó. El anciano sonrió y el otro se puso incómodo y tragó saliva. Los viejos ojos astillados de mirar adquirieron un nuevo brillo, un brillo enloquecido. La mente del primer hombre tembló junto con su oscura alma. Los arrugados labios del anciano apenas susurraron: “Un dueño absoluto e inapelable.”, y se quedó un momento mirando crecer la Luna allá en lo alto de la noche. “¡Hagámonos entonces de un Dios Emperador!”, dijo de pronto. Y fue así como el Cielo se rompió en un millón de pedazos.

Astrología de la crueldad (2): Conócete a ti mismo

Cuando enfocamos nuestra atención en la Astrología como un modo de conocernos a nosotros mismos y de poder conocer a los otros para asistirlos ¿cuánto de verdad hay en ello y cuánto de fantasía proyectada? “Conócete a ti mismo”… ¿Cuántas veces hemos oído enunciar esta máxima de don Hermes Trismegisto a lo largo de nuestras vidas, y cuántas veces hemos dicho: “Esta, sin lugar a dudas, es una proposición absurda, ya que obviamente es claro que se quién soy”? Bueno, de ser así no haría ninguna falta buscar ningún modo externo de conocerse, y muchos autores no gastarían ríos de tinta escribiendo sobre el tema; pero más allá de ello, ¿qué buscamos encontrar en la astrología aplicada al individuo? ¿Una ciencia, un método, una teoría, un vademecum infalible, un recetario? Si así fuera, mejor sería que dedicáramos nuestro esfuerzo a la alta costura, o a la decoración de tortas.

Todos somos astrólogos

¿Cuánto tiempo hay que estudiar para ser astrólogos? Esta es una pregunta recurrente que me han hecho innumerables personas a lo largo de mi vida profesional. Al responderles yo que llevo desde mi más tierna infancia hasta hoy sin haber concluido con su estudio, me encuentro siempre con miradas consternadas y gestos desencajados; supongo yo que por la idea equivocada que existe en el imaginario popular que compara el estudio del conocimiento astrológico con una carrera de grado cualquiera, como ser la medicina o la abogacía. Cierto es que a primera vista es difícil de creer que el estudio de la astrología nunca acaba, y que tampoco hace falta encerrarse en una institución académica o peregrinar por el mundo en busca de tan ansiado conocimiento, ya que desde que nacimos, astrólogos somos todos.

Plutón en Capricornio: La caída del Poder del Ego.

La realidad es lo que creemos que es, y a eso llamamos paradigma. Un tipo de acuerdo colectivo sobre lo que percibimos como realidad y lo que creemos que esta es. Ni más ni menos que una construcción humana explicativa y tranquilizadora que hace que sigamos por la vida sin sucumbir al terror paralizante que nos produce la pura y simple verdad. Algo que es solo un producto de nuestra conciencia deformada por el miedo, que creamos para poder finalmente ser en este mundo, nuestro propio mundo.

Astrología de la crueldad

¿Qué es lo que buscamos cuando acudimos a una consulta Astrológica? Años de preguntar primeramente a las personas que asisten a mi consulta, sobre los motivos que lo llevaron hasta allí, me han dejado una amplia variedad de respuestas. Algunas graciosas y otras tristes, muchos ejemplos sobre lo confusa que está la gente sobre la astrología, y profundas impresiones sobre la salud mental de la sociedad en que vivimos. Lo cierto es que más allá de la anécdota que nos ha impulsado a la consulta, siempre existe alguna profunda causa o excusa, conciente o inconsciente, que esgrimirse ante uno mismo. Esta puede tener una gran profundidad filosófica sin por ello bloquear ninguna posibilidad anecdótica. He conocido a gente que desea poder desplegar sus aptitudes de un modo pleno buscando conocer la totalidad de su propio Ser, y algunos otros que solo vienen para que por favor les tranquilices un poco, que le hagas quedar bien ante sí mismos y los otros, y que, de ser necesario y para no vulnerar las dos exigencias anteriores, para que por favor les mientas.

Astrología: Las viejas costumbres olvidadas.

Antiguamente, digamos en el Medioevo, si uno pertenecía al pueblo liso y llano solo podía encontrarse con un astrólogo en la plaza del mercado durante algunos pocos días dos o tres veces al año, en las fiestas patronales u en otra ocasión similar. El personaje llegaba andando la mayoría de las veces luego de atravesar valles, montes y bosques en donde dormía al sereno, y comía de lo que cazaba o pescaba por ahí mientras estudiaba los cielos y veía desplegar su poder sobre lo que acontecía en la tierra y a las gentes. A veces, pocas en verdad, llegaban en un carromato tirado por caballos, y complementaban las pocas ganancias que su arte les brindaba, con la oferta de almanaques, talismanes para la buena suerte, venenos contra los enemigos e infalibles filtros de amor. Contados eran aquellos que habitaban un castillo por estar al servicio privado de algún monarca o de algún gran señor, más estos últimos son los únicos que han adquirido fortuna, gran fama y pasado así a la historia, marcando un modelo arquetípico que sus actuales colegas se esfuerzan por repetir: Servir a los poderosos, a monarcas y famosos con el fin de obtener fama y fortuna para ellos mismos. Pero… ¿y el Pueblo liso y llano? Pues el pueblo ya no cuenta… a menos que sea para expoliarlo.

Astrología: Sobreviviendo a las antiguas y modernas confusiones

Cierto es que los hombres tendemos a confundir las cosas en nuestro afán por simplificarlas, y el idioma es un claro ejemplo de ello. De la confusión que resulta de allí nacen maravillas como la poesía, la prosa y todo aquello que llamamos dialéctica o literatura. Pero nuestra mente lógica trata de ajustar los patrones verbales y volverlos intercambiables ante lo extranjero que percibe a fin de tranquilizarse frente a la incertidumbre que una nueva palabra le provoca. Así, al enfrentarse a un nuevo idioma, supone que solo se trata de un intercambio entre palabras que, organizadas de un modo determinado ya sea este un viejo o nuevo modo de hacerlo, significarán siempre lo mismo. Más de todos los cambios en la lengua a los que debemos enfrentarnos en los territorios ignotos del significado verdadero que poseen, quizá el más profundo de ellos sea cuando se enfrenta uno a un lenguaje sagrado. Pues no son allí las palabras las que cambian para significar a las cosas, sino que son las cosas mismas las que cambian.

La Luna: De las Cosas que hay en el cielo...

Como todo, la cosa comienza con la Luna... Lo más cercano, lo más visto y común, su influencia es observable en los portentosos fenómenos incontrolables de la naturaleza. Reina y señora de la noche. Vigilante eterna y muda ya sea sobre el negro manto o sobre el luminoso cielo. Ella rige las mareas, los partos y los crecimientos. Influye en la meteorología de la Tierra como cualquiera puede verlo aún mirando hacia sus pies en el suelo, porque astronómicamente está acá nomás como bien se nota. Tan sólo a unos 360.000 km., y aunque desde aquí nos parece mucho más cercana, 30 días completos de viaje en un avión de línea serían necesarios para llegar hasta allí. Imaginen pasar un mes a bordo de un Jumbo para poder llegar a ella, o cinco meses en un tren común de pasajeros. Siempre y cuando podamos hacer que los trenes o los Jumbos viajen por el espacio, claro. En 1969 la tecnología humana en un esfuerzo económico sin precedentes envió a tres hombres enlatados al natural hacia allí en tan solo una semana con el norteamericano programa Apolo. El ingenio aplicado a las leyes que rigen el movimiento planetario en el espacio, la tecnología de materiales existentes y montones, muchos montones en verdad, de dinero lo hicieron posible. Neil Armstrong posó por primera vez su pie allí en nuestro nombre y unos pocos otros lo han hecho luego, más no todos nosotros. No quiero decir que en los hechos sino concientemente como especie, pues, si vamos al caso, seguimos viviendo en algo así como en la edad de piedra.
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