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Astrología y Sincronía: Crónicas de la Trenza del Tiempo 2.

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Pareciera que de eso se trata todo, de Sincronizar, de compartir el mismo Tiempo, al mismo tiempo, con otro, con otros, con la Totalidad, para realizarse. Si puedes ser algo más que tu propio Tiempo, la experiencia que tendrás es la sensación clara de que estás enamorado, o más cerca de Dios. Tendremos eso que llamamos un Éxtasis, erótico o místico, no importa. Una experiencia totalitaria, un impulso de/hacia la totalidad. Una mayor espiritualización, digamos, que afecta nuestra consciencia profundamente por un lado, y, por otro lado, la experiencia de viajar por el Hiper-espacio, como espera probar la ciencia pueda hacerse alguna vez, para finalmente decir cálculo en mano, que existe y puede hacerse. Pero las manzanas también caían antes de Newton.
Alejandro Fau | Astrología y Sincronía: Crónicas de la Trenza del Tiempo 2.

Siempre que hablamos de sincronización, hablamos de Tiempo. Ya el término en sí mismo: sincronizar, hace referencia al “Cronos” saturnino del tiempo. Sincronizar es estar dos, o más, regidos por o sujetos a, el mismo Tiempo. Mas dos (personas, cosas, entidades, partículas, etc.), o más, no pueden ocupar el mismo espacio al mismo tiempo y hay que sincronizarse por ello si queremos lograr un éxito trascendente a los participantes. No podemos “estar”, pero podemos “compartir” el mismo tiempo y el mismo espacio. Los movimientos en los establecimientos fabriles, por ejemplo, los entornos de puesto de trabajo, están cuidadosamente organizados y sincronizados entre sí para optimizar la producción. El Principio de Exclusión de Pauli es respetado a rajatabla, y el trabajo se realiza verdaderamente lo mejor posible en el menor tiempo posible. Una ofrenda bien empleada al Dios Cronos, aplicación práctica en pos de la Excelencia. O de la Impecabilidad, como diría Don Juan Matus hablándole a Carlos Castaneda, que es lo que hace al mundo.

 

TimeHablamos de Tiempo, hablamos del Saturno astrológico, hablamos de la más alta energía planetaria asimilable por la conciencia humana en su totalidad. Más allá del Tiempo, comienza a volverse imposible siquiera el pensar en términos que consideraríamos como normales. Nuestra estructura de pensamiento no está preparada para ello, no fue formada para ello sino para nosotros mismos con el fin de darnos una identidad, nuestra conciencia es la fijación de un Tiempo en particular que nos define como yo-ego. Auto conciencia es la asunción consciente de la propia temporalidad y el discurrir en la materialidad de la propia vida; algo que nuestro ancestro mamífero ya sabía y aplicaba inconscientemente, y abarcaba parte de lo que llamamos instinto de supervivencia. Más allá del Tiempo habita la muerte y la locura, nos previene la oscura voz del Saturno que guarda el umbral. Lo que no nos dice, si no lo inferimos nosotros, es que también se puede ser en cualquier tiempo posible simultáneamente. De hecho, todos vivimos en una cronicidad artificial acordada, la que llamamos calendario, y con una variedad de horarios entrecruzados (laborales, escolares, personales, etc.) sin abandonar en ningún momento nuestro propio ser en el mundo, nuestra propia, única y singular temporalidad, con todo un abanico de pasados y futuros unidos por el vértice consciente del presente que somos. La consciencia de sí que tiene el tipo, punto en cuestión de dicho asunto, como diría el tango.

syncLa experiencia sincrónica más común nos viene de la naturaleza y es lo que impulsa la Libido, la experiencia sexual. En la unión extática con un otro logramos la primer experiencia de contacto con una totalidad. La experiencia orgasmática desaparece nuestra identidad personal y conforma una mayor. Por un instante el individuo deja de ser parte para ser totalidad. En la experiencia sexual, la sincronización se da de un modo inconsciente y natural. Ambos cuerpos sincronizan sus movimientos y ritmos hasta transformarse en solo uno mayor capaz de contenerlos a ambos. Es algo que no pensamos, es algo que simplemente hacemos inconscientemente, naturalmente, instintivamente. Psicológicamente, lo que intentamos luego, es de sostener ese estado de “completitud” en el tiempo. Pero no es algo que pueda hacer sola nuestra conciencia. Es algo que hacemos con otra, co-construír una temporalidad nueva a la que llamamos luego vínculo. Los entramados temporales compartidos configuran un simbolismo coherente e igual en cada una de las realidades temporales individuales, aunque quizá no interpretemos luego lo mismo individualmente de esos símbolos. La dinámica de ellos, aún así, se manifiesta a través de un patrón arquetípico con la que está sincronizada en su dinámica y que llamamos inconsciente colectivo, sincronizado a su vez con su más allá, y así sucesivamente. La Astrología nos habla esencialmente de ello, de la sincronicidad inherente a todo el universo. Los tramados de manifestación temporales, son sincrónicos en todos los planos y a toda escala, y en la conciencia también. Es nuestra mente inconsciente quien elije escenificar de un modo u otro el mismo patrón arquetípico dependiendo del grado de prejuicio y de su capacidad efectiva de sincronización temporal consciente en cada individuo.

sync-2Pero no nos dispersemos apenas iniciados en el tema. Nuestra psique actúa pues, como sincronizador con la totalidad, consciente e inconscientemente, para lograr la propia existencia en aquella realidad superior preexistente y aceptada por ella, el colectivo, la temporalidad global de la que participa y que con su ritmo acompaña reconociéndose al mismo tiempo en el ritmo y temporalidad de los otros. El patrón singular de temporalidad en el individuo se manifiesta ya cuando concebimos una idea de “yo” y somos auto conscientes, pero esto no indica en modo alguno que deba hacerse de una manera consciente; en cambio accedemos ahí de modo consciente, a la propia temporalidad, cuando tomamos conciencia de la propia finitud. Luego de simplemente fluir entre los Tic-tacs más rápidos o más lentos, múltiples, de la trenza temporal, comenzamos a oír un insistente Tac-tic en la propia esfera de temporalidad que suena ya no a un fluir, sino a una cuenta regresiva. Aún así sincronizada, como un reloj marchando al revés. La psique es nuestra sincronizadora con las diferentes temporalidades existentes procurándonos el compartir el mismo tiempo, cualquiera sea, sin ocupar el mismo espacio que otro para seguir existiendo. La psique acepta esto por sí misma y se adapta, no necesitamos pensar en ello de manera consciente para que se realice. Así como no tenemos que pensar en nuestro ritmo cardíaco para que éste se auto regule adecuadamente a las circunstancias de nuestro cuerpo físico, no nos es necesario pensar en sincronizarnos con el espacio-tiempo para no morir, simplemente lo hacemos.

sincro-neuronalNuevos aportes científicos, liderados entre otros, por Francisco Varela, Ph. D del Hospital La Salpétrière, París, al tema de la Conciencia desde el punto de la Neurobiología y la psico-lingüística, incluyen el concepto de Sincronía en la demostración de su propuesta mediante experimentos, en que todo acto cognitivo implica la coordinación de numerosas regiones neuronales. La coordinación se basa en la formación transitoria de grupos de neuronas que son sincronizados en sus fases (sus ondas suben y bajan juntas). Esta sincronía de fases crea la coherencia y la unidad. Las distintas regiones cerebrales oscilan como si fueran un instrumento musical, y se sincronizan creando lazos dinámicos. Distintas zonas de cerebro entran en oscilación y la integración cerebral aparece fundada en un balance entre sincronía y desincronía. El proceso ocurre a distintas frecuencias. Sin embargo, la conciencia sigue siendo un problema muy difícil. Los grupos neuronales no tienen conciencia sino que es el sujeto entero el que la tiene. La conciencia aparece en el vivir encarnado: en la regulación y sincronía con el cuerpo entero; en sus relaciones sensorio-motoras con el mundo y en una red ínter subjetiva de acciones y de lenguaje. La conciencia no está en la cabeza ni en el cerebro, es ilusorio el correlato célula neuronal-conciencia, o conciencia-célula neuronal en la disputa si es la célula quien genera la conciencia o la célula es excitada por ésta vibracionalmente. La conciencia está en la interfase entre las neuronas y las vibraciones de la Totalidad en todo caso, y es lo que produce la sincronización total del individuo en una integridad. Nuestro cerebro es el instrumento que resuena por medio de la sincronía que la conciencia logra de la vibración universal.

sync-3Desde el punto de vista físico, lo anterior implica que la Conciencia es un generador de orden. Según su punto de vista (el de la física), sincronía es, sobre todo, una manifestación de orden en el Universo conocido (realidad) y se refiere especialmente al tiempo. Es un orden considerado como la excepción más que como la regla en un universo caótico, tal como es observado el nuestro por la astronomía. El individuo es, entonces, en un todo contrario al principio de la entropía universal que nos domina. Lo más avanzado en el estudio de estas cuestiones entrópicas como explicación de lo observable, lo constituye la Teoría del Caos propuesta por Lorenz. Pero más recientemente, en un nuevo libro, “Sync: The Emerging Science of Spontaneous Order”, que se puede traducir como "Sincronía: La Ciencia Emergente del Orden Espontáneo", el profesor de Mecánica Aplicada y Teórica en la Universidad Cornell, Steven Strogatz, describe una nueva teoría, la del Orden. Ya en 1989 Strogatz, junto con el matemático Rennie Mirollo de la Universidad de Boston, probó matemáticamente que cualquier sistema de osciladores acoplados (es decir, entidades capaces de responder cada una a las señales de las demás, sean grillos, electrones o cuerpos celestes) se auto-organizarán espontáneamente. La sincronía, dice Strogatz en su libro, aparece en los lugares más inverosímiles: de las órbitas de los satélites a los electrones, del zumbido de los grillos a la tendencia en mujeres que viven cerca o que pasan mucho tiempo juntas a menstruar aproximadamente al mismo tiempo. El orden está por todas partes y los científicos de diversas disciplinas están descubriendo constantemente nuevos ejemplos de ello, pero Strogatz y sus colegas afirman algo mucho más extraordinario: “El orden no es sólo posible, es inevitable”. O sea, según esta teoría física el Universo todo tiende a organizarse inevitablemente, lo mismo que el individuo tanto en lo social como en sus fueros internos conscientes e inconscientes.

sync-4Lo anterior es evidente para cualquiera que escuchara un coro alguna vez. Es en extremo difícil encontrar un coro que desafine completamente, las pequeñas variaciones en las afinaciones individuales son compensadas de manera espontánea ya que éstas se sincronizan naturalmente. Desde este punto de vista, podemos presentar la “armonía” que vemos en la realidad universal, como la sincronización natural producida por la manifestación de las diferentes realidades individuales. Del mismo modo el Tiempo común que compartimos con los otros es generado de igual manera, y sostiene la realidad del Mundo. Es notable el concepto de la realidad seguido culturalmente por las tribus más primitivas habitantes del continente australiano. Ellos dividen la realidad en Tiempo Sueño y Tiempo Mundo, y ambos son igualmente importantes para el individuo. Según su concepción cosmogónica, estos tiempos dividen el universo en vivencias paralelas pero que en modo alguno son independientes entre sí, y juntas constituyen la vida individual y colectiva de todos los seres y las cosas. Basándonos en lo expuesto anteriormente, yo no diría que estos grupos puedan considerarse como “primitivos” salvo en su evolución tecnológica. De hecho todos nuestros más modernos avances en investigación científica sobre las causas últimas del universo, no hacen más que corroborar empíricamente lo sostenido desde hace milenios por las ideas ancestrales de las diferentes culturas del planeta. La única diferencia es que lo que antes se consideraba como un hecho mítico o mágico, hoy día decimos que es producto de una ley de la naturaleza de la cual podemos dar cuenta racional y conscientemente.

otra-realidadEl psicólogo suizo Carl Gustav Jung denominó sincronizaciones a las coincidencias aparentemente inconexas pero muy significativas, y sugirió que "se debería estar deseoso de leer esos patrones ocultos". Por otro lado, John Briggs y F. David Peat en las Siete leyes del caos afirman: "las sincronizaciones suceden a veces cuando nos enfrentamos a una decisión importante o estamos en una situación tan desesperada que deseamos arriesgarlo todo a la última tirada de dados". Desde la óptica de la Astrología, el individuo mismo es quien genera estas sincronicidades de un modo inconsciente. Su mente consciente es abrumada por las circunstancias, su sentido crítico desaparece, y su inconsciente genera una sincronicidad con lo que podríamos llamar un “futuro alternativo” de un modo instantáneo. Situaciones de éste tipo serían mayores, y hasta comunes, si nuestra fijación temporal consciente no fuese tan rígida. Así pues, si pudiésemos ejercitar nuestra mente de manera consciente en el manejo de esta plasticidad temporal, podríamos trasladarnos de un lado a otro (sin importar la distancia) de una manera instantánea ajustando nuestra temporalidad actual a la del punto de destino. El tan mentado punto de encaje al que hace referencia Don Juan Matus en sus conversaciones con Castaneda, refiere directamente al “modo temporal” en que estamos presentes en el mundo; desplazando este punto, o sea cambiando nuestro modo de sincronizarnos con la vibración de la totalidad, nuevas y diferentes realidades (temporalidades) nos son accesibles.

sync-5Vemos pues que es nuestra “mente” la que sincroniza nuestra existencia con la del otro, los otros, y la Totalidad, haciendo que nos presentemos ante el mundo como una individualidad enteramente diferenciada. Esta capacidad de adaptarse a las temporalidades preexistentes, o de co-crear otras nuevas en las que participar, es inherente a la mente de todo Ser. Para ponerlo en un ejemplo simple, la mente funciona como la caja de cambio de velocidades en un vehículo, de hecho y por lo general, como una transmisión automática. Dependiendo de las necesidades existenciales del Ser, ésta modificará la temporalidad intrínseca del individuo para sincronizarla de un nuevo modo con la totalidad (o lo que nosotros consideremos como tal dependiendo de la escala, la sensación de completud que me brinda un otro, un grupo, etc.), de manera instantánea. Detengámonos aquí por un momento. Puedo sentir desde aquí el borbotear de tu cerebro. El Universo se desenvuelve y evoluciona según su necesidad, lo mismo que todo en él. Nuestra mente humana no es más que un delgadísimo hilo en la inmensa Gran Trenza del Tiempo, y nuestra mente individual un delgadísimo hilo en la pequeñísima trencilla de la mente humana, y no es la única, ni la más importante. Es más, a nuestra pequeñísima escala tampoco se ve muy prometedora la mente individual si la dividimos entre mente inconsciente y mente consciente. Lograr la conciencia plena de la mente individual requiere, según lo describe el saber astrológico, el pleno desarrollo y dominio de las siete frecuencias vibracionales que hacen a la esfera personal, y la comprensión de la sincronía de éstas con aquellas que las conectan a la Totalidad.

estructura-temporalEl desarrollo de nuestra propia estructura temporal consciente, es una tarea ardua y no puede lograrse sino hasta luego de varios años de atención y ejercicio de las distintas vibraciones de la esfera individual en su totalidad. Nuestro mundo cultural actual no contempla en modo alguno esta posibilidad en el desarrollo normal de la formación del individuo. Antes bien, propugna por mantener la inconsciencia individual en niveles altos con el fin de que las sincronías personales se ajusten a determinadas propuestas funcionales a determinados sectores sociales. De este modo es como se desarrollan las propuestas políticas a nivel de conducción de masas hacia determinados objetivos sin generar resistencia, o el cómo la publicidad y el manejo de la información circulante nos fuerza a deformar la realidad adaptándola a los intereses particulares de sectores que medran con ello. En particular la sociedad occidental, procura desalentar en los individuos que la componen el desarrollo conciente de su propia realidad. De todos modos, la evolución de la vida más tarde o más temprano impulsará la expansión de la conciencia en los individuos y en el Todo acorde a su necesidad sin importarle lo que nosotros opinemos al respecto. Si fracasamos nosotros en el intento como conjunto, se tomará su tiempo en generar un nuevo movimiento al respecto utilizando otro vector. La aceptación consciente de lo que somos, y la importancia y responsabilidad que conlleva el papel de co-creadores con la totalidad de aquello que es, debiera impulsarnos a realizarnos plenamente como individuos y como especie. Es un derecho, pero es nuestra elección el ejercerlo o no.

sinc-6A la luz de lo que hemos visto podemos comenzar a imaginar el modo en que la “realidad” es creada por la mente, tal como se nos presenta a cada instante. También, como todo en el Universo, actúa según su necesidad. Es lícito preguntarse entonces el por qué no está dispuesta ésta a cumplir con todos nuestros deseos. Bueno, quizá nuestros deseos no coincidan con nuestras necesidades, pero más probablemente, y para ser sinceros, se trate de que no seamos muy conscientes de ella que digamos. Será por eso que los verdaderos Magos, los Místicos Trascendentes, los Santos productores de milagros, y otra gente extraordinaria no abundan mucho en nuestra historia. Los hay sí, aquí y allá, pero no son multitud. De todos modos no hay que preocuparse mucho sino, quizá, ocuparse apenas un poco en concientizarnos. No parece que el resto de los seres vivos se haga algún tipo de problema con ello, y convengamos que construyeron un mundo maravillosamente bonito, funcional y agradable para la vida mucho antes de que nosotros, los humanos, llegáramos aquí. Tampoco debe intimidarnos esto, creo yo. Que el árbol fuese el creador del ave para que lleve sus semillas donde él no puede, y quizá hasta de la nube o el cielo en que ésta vuela en su acto de inconsciencia creativa; o que el pajarito creara la rama por necesidad de refugio, y quizá también el soberbio árbol, o hasta el imponente y bello bosque que lo contiene sin ser siquiera consciente de lo que hacía, no debe apabullarnos. Eso solo nos demuestra que hasta un cerebro pequeño puede tener grandes sueños y geniales ideas.