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Plutón en Capricornio: Matándonos dulcemente con su canción...

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Pretendida magia blanca que promete revoluciones de alegría, peligrosa ponzoña negra teñida de guerra, sangre, tortura y muerte. Invisibilizada desde siempre por el Poder, por esas cuestiones de aparentar buenos modales con una publicidad engañosa que muestra su fantasía de sonrisas infantiles, cuando debiera mostrar realidades de gargantas cortadas y piras humanas. Hay muchos, quizá demasiados, que creen que la guerra siempre es producto de la infinita sed de un amargo, viscoso y maloliente negro petróleo, mientras que el verdadero poder en el Mundo fue heredado y avanza a impulsos del cándido y plutoniano dulzor del Azúcar... ¿no es fino?
Alejandro Fau | Plutón en Capricornio: Matándonos dulcemente con su canción...

La caña de azúcar (Saccharum Officinarum) fue conducida desde sus lugares de origen en el Asia por la ruta que pasa por la India, hacia distintas partes del África y la Europa. Por lo regular, y quizá como veremos luego, y no tan curiosamente, siempre siguiendo el rumbo de los movimientos migratorios producidos a causa de las continuas invasiones y, como no, del libre comercio implantado allá en el anterior tránsito de Monseñor Plutón cuando el mundo se hizo redondo y grande. No debe olvidarse en esta historia el pequeño detalle económico de que entre los Siglos XI y XV el azúcar valía, literalmente, su peso en oro. Todos saben que la necesidad de expandir el mundo estaba dada por la necesidad de proveer de “especias” a la vieja Europa, pero cuando decimos “especias” tendemos a pensar en pimienta, cúrcuma y diversas variedades de curry; contados con los dedos de una mano son los libros de historia que nos cuentan toda la verdad (en su mayoría son libros sobre historia de la economía mundial dirigidos solo a los académicos), que la principal “especia” que se procuraba era el azúcar. Su curso, el del azúcar y el del mundo como era concebido en esa época, mantuvo una trayectoria dirigida siempre hacia el Oeste, hasta llegar así hasta lo más extremo del Viejo Continente en donde el menguante miedo al anchuroso Mar hizo mirar más y más allá, pues en el siglo XV los españoles ya la introdujeron arrasando medio Archipiélago Canario, y los portugueses en las islas de Madeira, las Azores y São Thomé... Siempre reproduciendo las elementales técnicas de su extracción, la concentración y, por supuesto, fermentación de sus sanguinolentos jugos, técnica que habían heredado de los musulmanes allá en Valencia y Andalucía, y que fuera adquirida para nada por bulerías sino con la sangre de la población que era explotada... Los isleños luego, su aristocracia en realidad, supieron consolidar el aprovechamiento agrícola y manufacturero de la planta muy bien durante las centurias siguientes, transformándose también en escala obligada del almacenaje, provisión y sustento de su insumo más necesario para que la ascensión vertiginosa de los beneficios de la industria jamás se detuviera: Los esclavos negros venidos del continente africano con destino al nuevo mundo.

De forma muy parecida a muchos otros productos agrícolas cultivados habitualmente para consumo masivo del viejo continente, y habitualmente proveniente de las ya conquistadas colonias africanas por los países de Europa y que ya no lograban producir lo suficiente para expandir el mercado, el salto de la caña de azúcar a través del Atlántico fue un hecho en el que intervinieron tanto el complejo entramado económico de los Imperios de esa época en occidente, como de anónimos simples navegantes, conquistadores, siempre colonizadores, piratas y frailes, los que procedentes de la Península Ibérica se trasladaron a la América recién descubierta y, viciosos como eran, se vinieron con ese “as” metido en la manga... El azúcar vino siguiendo los rumbos marcados por la bula papal Intercétera Orbis para el bendito reparto “equitativo” del Nuevo Continente, del que el pontificado puso como única condición el reclamarlo espiritualmente todo para sí... y pues bien, así fue que los lusitanos se llevaron la sanguinaria gramínea hacia el Brasil ya en 1503, y los hispanos hacia las Antillas y a otras muy vastas zonas del Sur del Norte y de toda, o de casi toda, Suramérica. Cuenta la leyenda que fue el mismísimo Cristóbal Colón, a instancias de su suegra -quien poseía cultivos en la Europa insular- quién trajo los primeros esquejes a esta santa tierra. Pero fuese cierto o no, fue allí cuando cada Imperio Cristiano de la época montó su autónoma tiendita en nuestra bien amada patria, diz que la América...

Desde la primera mitad del siglo XVI , cuando se iniciaron formalmente los cultivos industriales de la caña en el Continente Americano, su aprovechamiento como materia prima para la elaboración de un edulcorante de elevado contenido energético, “el azúcar”, jamás se ha detenido. Su explotación de manera ininterrumpida desde que el mundo es mundo fue cubriendo muy grandes extensiones a lo largo y a lo ancho del tan mal llamado “Nuevo” Continente, pues según los “civilizadores” aquella cosa antes no existía, devastando tierras y sometiendo poblaciones, cuando no exterminándolas. En la época de “La Conquista”, el cultivo de la caña se expandió por América y para que ello fuese, se devastaron enormes cantidades de bosques y de selvas tan solo para darle paso al precioso y lucrativo cultivo de la santa caña. Islas enteras arrasadas, como lo que sucedió en las islas de Barbados, Antigua y Tobago. Similar situación ocurrió en Brasil, donde los portugueses la llevaron, y que entre los años 1516 y 1600 con un vertiginoso crecimiento territorial fueron destruidas sin piedad tanto las floras como las faunas y, por supuesto, ingentes cantidades de vidas humanas solo para dejarle paso. La gran expansión del azúcar en toda Latinoamérica se explica no solo por el clima favorable, por la creciente demanda en aumento al momento de poder lograr consumirla aún a precios exorbitantes, sino por la angurria constitutiva de las históricas clases dominantes. Pues ellos introdujeron así en el Mundo un nuevo vicio que los haría aún más ricos... un Vicio... que suena casi así como a virus, el virus plutonae... enfermándonos a todos y consolidando su dominio económico para siempre.

L'île de Saint-Domingue (Isla de Santo Domingo), es un caso paradigmático de lo que el azúcar produjo en América Latina. La isla, hoy dividida entre las Repúblicas de Haití y Dominicana, fue el motor económico del Viejo Continente durante dos siglos al haberse transformado en el mayor productor de azúcar del Mundo bajo el dominio Francés. La isla albergaba el 75% de todos los esclavos del Caribe, los que estaban divididos en dos clases: Los esclavos que trabajaban en los campos de cultivo (la gran mayoría) y los esclavos que hacían las tareas domésticas en las mansiones coloniales (obsecuentes a fin de ganar los favores de sus amos y dispuestos a todo por mantener ese estado de las cosas). Cuando la revolución haitiana llevada adelante por los esclavos africanos triunfó al fin apenas iniciado el Siglo XIX, los obsecuentes migraron masivamente al Este de la isla junto con los blancos conformando lo que hoy conocemos como República Dominicana, la que logró su independencia definitiva (en lo formal al menos) recién en 1924 tras ser ocupada sucesivamente por España, Haití, nuevamente España, y finalmente por los EE.UU. Aún hoy las disputas por cuestiones de odio prevalecen entre los estados de la isla, ambas economías subsisten producto del turismo y de la exportación de un subproducto del azúcar: El Ron. Aunque Dominicana tiene también el triste privilegio de ser, quizá por su componente ancestral de sumisión, el mayor exportador de prostitutas «libres» del mercado occidental.

Con el triunfo de la Revolución Haitiana, que dio inicio a las revoluciones latinoamericanas de independencia, la economía de Francia pareció desplomarse al verse eliminado su principal ingreso producto del cultivo de la caña de azúcar en la región. Los enemigos políticos del Imperio pensaron que su suerte estaría decidida, pero apelando al ingenio y al gran avance tecnológico galo, que con sus sistemas automatizados de riego había posicionado su dominio en el mercado con el azúcar de caña con sede en el Caribe, nuevamente mostró su valía. Napoleón Bonaparte por medio de un imperial decreto subvencionó los cultivos de remolacha azucarera (Beta vulgaris subsp. vulgaris var. Altissima, una variedad de la remolacha común con muy alto contenido de sacarosa) y mandó construir 40 plantas de procesamiento distribuidas por todo el territorio francés. El azúcar no solo posibilitó a Francia financiar la independencia norteamericana de Gran Bretaña, sino también las guerras napoleónicas que dominaron el continente europeo. Pues bien, es hora de dejar un poco de lado la historia pasada para enfocarnos en el presente para darnos cuenta que la Dulce Tiranía, hoy como ayer, es la que sigue dominando el Mundo tanto económica como socialmente.

La mayor de todas las industrias del planeta fue, es y será siempre, la industria alimentaria. Quien controle la producción, distribución y comercialización de los alimentos dominará el mundo. Con un crecimiento exponencial de la población humana como el que hay, cualquiera puede ver que eso es así y no hay mucho que explicar al respecto, pero lo que sí se hace necesario es el clarificar el cómo se lleva adelante la batalla por dominar ese mercado cautivo entre las corporaciones multinacionales que se lo disputan. No solo se trata de producir alimentos del modo más barato posible para lograr los mayores beneficios, sino en volverlos particularmente adictivos al organismo humano aún a costa de su propia salud.

sucheroDesde que comenzaron a hacerse estudios sobre la alimentación humana, sabemos que un organismo saludable no necesita ingerir más azúcar que la contenida naturalmente en los alimentos, es más, sabemos con un 100% de certeza que el azúcar añadido provoca grandes desequilibrios en el metabolismo y es causante de infinidad de trastornos y enfermedades que elevan la tasa de mortalidad, pobreza y desigualdad de un modo sostenido directa o indirectamente en todo el mundo. Pero, ay! El azúcar es quizá el producto que provoca mayor adicción de entre todos los conocidos hasta ahora, es el doble de adictivo que la cocaína si vamos al caso y solo para que puedan imaginarse en qué grado. Según informes recientes de la OMS (Organización Mundial de la Salud), entre un cuarto y un tercio de las calorías (entre el 25 y 33 %) ingeridas en promedio por un ser humano adulto en todo el mundo son azúcar, porcentaje que se eleva casi a la mitad (46%) en los niños entre los 6 y los 12 años, y hasta el 40% entre los 13 y los 21 años en los países industrializados. Nada es casual. El azúcar hace que nuestro cerebro libere dopamina activando los centros del placer sumiéndonos en un estado de falsa alegría que nos permite sobrellevar nuestra insana existencia en una civilización profundamente angustiante como la que vivimos. La necesidad de escapar de esa realidad nos impulsa a ingerirla de un modo compulsivo, y la industria lo sabe. Prácticamente no existe producto alimenticio procesado que no la contenga en mayor o menor grado, aún en aquellos que consideramos “amargos” o “picantes”, y ello incluye toda comida y bebida que consume la población urbana de todo el planeta (que es la gran mayoría)... y esto, es pero que muy conveniente para las élites dominantes desde que el mundo es mundo.

El azúcar pues, es considerado un elemento estratégico en la economía mundial. De nada sirven las alertas emitidas desde los centros médicos para frenar su avance. La industria alimentaria, la más poderosa del planeta, ha tendido sus tentáculos hacia todas partes garantizando así sus beneficios y se ha infiltrado en los organismos de control para garantizar que esto sea así. Como para muestra basta un botón, diremos que, por ejemplo, el director de la EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, por sus siglas en inglés), encargada de proteger a la población europea en cuestiones que hacen a su alimentación, es un exdirectivo de KRAFT Food inc. (Propietaria de las marcas OREO y Milka, por ejemplo) quien sigue pagando su sueldo ya que el cargo en EFSA es ad honorem. Podríamos agregar que la totalidad de los estudios que se realizan para evaluar el impacto en la salud humana del azúcar que se utilizan en la totalidad de los organismos de control en todo el globo, son financiados por la misma KRAFT Food inc. y Coca-Cola®... el zorro cuidando del gallinero, diría mi abuela.

Recientemente el Parlamento Europeo votó el régimen de etiquetado de alimentos para la Unión Europea entre dos propuestas: La llamada “Semáforo”, presentada por los ecologistas, y la de “Porcentajes” presentada por la industria. Esta referencia es aplicada luego en todos los países del mundo como un standard. El sistema de semáforos era el más simple y claro, y está basado en los conocidos tres colores: Rojo para un alto contenido de azúcar agregado, Ámbar para un bajo contenido, y Verde para ningún contenido de azúcar agregado. Durante el período de debates que llevó más de un mes, la industria brindó “charlas” informativas a los parlamentarios que consistían en fastuosas cenas en los restaurantes más caros de Bruselas y que tuvieron el agregado de “premios a la trayectoria” y sorteos de regalos para todos los asistentes; los “premios” y “regalos” fueron desde viajes para el grupo familiar del “afortunado” a los lugares más exclusivos del mundo, hasta automóviles de alta gama para los parlamentarios destacados por su trayectoria. Como es de suponer, el sistema de porcentajes resultó ganador... Pero ¿en qué consiste? Bueno... puedes verlo con tus propios ojos en todos los productos que consumes a diario, se trata del porcentaje de ingesta diaria recomendada para un adulto de actividad media expresada en Kilocalorías (2.000 en este caso), o sea, en el consumo energético que realiza una persona adulta que trabaja, hace deportes una vez a la semana, tiene sexo al menos tres veces a la semana, camina una hora diaria y así. Este porcentaje, como dijimos, se basa en el “consumo de energía” y no en la calidad alimentaria. Un dato no menor, es que esta misma escala calórica se aplica con idéntico parámetro en los etiquetados de productos cuyos mayores consumidores son... ¡Los Niños! (leches chocolatadas, yogures y otros alimentos lácteos, hojuelas de cereal, golosinas, etc.)

Pero no solo es causante de males como la diabetes y el cáncer, así como el incremento brusco del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, del sistema nervioso y digestivo, y que también provoca desórdenes en la función básica de las células, aumenta el nivel de las plaquetas y provoca el síndrome de déficit de atención con hiperactividad entre los niños; el poder estratégico del azúcar llega mucho más allá... Sí, sí, aún más allá de ser su producción, aún hoy día, responsable de más de la mitad de la mano de obra esclava que aún persiste en el mundo y el principal empleador de mano de obra infantil del globo... El azúcar, es el principal competidor a nivel mundial del petróleo a nivel de combustible en motores de combustión interna... ¿Oyeron hablar alguna vez de los biocombustibles?

4Del azúcar se obtiene el Etanol. Allá por la década del '70, cuando el bloqueo petrolero de la OPEP (el conglomerado de los países productores de petróleo) impuso su política de restricción a la exportación que casi lleva a la paralización mundial del comercio disparando el precio de la gasolina a valores exorbitantes, Brasil logró revertirlo imponiendo la producción de Etanol creando lo que dio en llamar la Alconafta (o Gasohol) para impulsar los vehículos con motores de combustión interna. Se trataba, inicialmente, de una mezcla de gasolina con etanol que podía ser empleado en cualquier motor que funcionara con gasolina. Dictó leyes e invirtió muchísimo dinero en su desarrollo, a tal punto que la General Motors Co. debió reconvertir su planta de motores en suelo brasileño para poder seguir operando ajustado a la norma en el país. Hoy día en Brasil los vehículos fabricados en el país deben tener motores preparados para quemar tanto gasolina pura, etanol puro o una mezcla en cualquier proporción de ambos; y las gasolineras deben ofrecer todos los tipos de combustible para poder obtener la habilitación correspondiente. La principal ventaja del etanol es que cuesta la mitad que la gasolina común y reporta el doble de beneficios a los productores. Lo que ha hecho de Petrobras, empresa estatal, la mayor petrolera del continente americano y la empresa más grande de Brasil no es, paradójicamente, el petroleo, sino el etanol. Hoy día podemos ver el los periódicos y en la televisión la gran convulsión política que sufre el país debido a las denuncias cruzadas entre el oficialismo y la oposición por casos de corrupción que giran en torno de este gigante de los negocios que abarca mucho más que la producción de combustibles (es casi un Ministerio de Transporte y Energía paralelo). No es casual que la derecha internacional busque desesperadamente la privatización de esta empresa que provee los fondos necesarios para llevar adelante el lema del PT (Partido de los Trabajadores) que gobierna desde hace más de una década: “Fome zero” (hambre cero), es ideológico. Más allá de las enormes reservas petroleras que posee el país, el desarrollo de la tecnología del etanol (puntera por lejos a nivel mundial) es “peligroso” en el sentido de su posible transferencia tecnológica al resto de Latinoamérica, sobre todo a los países del Caribe, para que puedan lograr su independencia energética. Imaginen ustedes a una Cuba, que no produce una gota de petróleo y debe importarlo en su totalidad, independiente energéticamente... o Jamaica, o... Haití... y así volvemos a donde empezamos en el anterior artículo de esta serie de Plutón en Capricornio y la Rebelión de los esclavos.

Todo vuelve en ciclos que se repiten una y otra vez como el paso de los planetas allá en el anchuroso cielo y en la terrenal historia. Los Imperios ascienden y caen, el poder se reinventa en sus múltiples facetas al quedar plenamente expuesto a cada paso, y el péndulo de la vitalidad del Mundo va y viene una vez más... ¿Llegó la hora del poder en manos de los esclavos? ¿La hora de los pueblos, de la gente común, como sostienen los teóricos de la Revolución? ¿O la concentración del poder en cada vez menos hasta que estalle finalmente dentro de dos siglos y medio haciendo más palpable y material la Era de Acuario? Las noticias, día a día, lo confirman en todas partes no importa hacia donde dirijamos la mirada, y es que no hay ya otras opciones. El resultado está, literalmente, solo en nuestras manos... ¿Estás preparad@?