Novedades

Nuevas observaciones revelan que la Vía Láctea gira a 965.000 km/hora

Nuevas observaciones revelan que la Vía Láctea gira a 965.000 km/hora
Quien tenga miedo a la velocidad, que se agarre: la Vía Láctea gira 160.000 kilómetros por hora más deprisa de lo que se pensaba hasta ahora. Ese aumento de velocidad, respecto a la estimación anterior, implica que su masa es un 50% más grande de lo que señalaron investigaciones anteriores y que, por tanto, es más probable que colisionemos con nuestra vecina, la galaxia Andrómeda. Eso sí, en un futuro que está aún muy lejano.

Por ROSA M. TRISTÁN

Estos nuevos datos significan que la Vía Láctea se mueve en su órbita a la vertiginosa velocidad de 965.000 kilómetros por hora, según se ha logrado observar desde una de sus esquinas, que es donde se encuentra el Sistema Solar donde se ubica la Tierra, es decir, a 28.000 años luz de su centro galáctico.

«Se trata de un trabajo muy interesante; no es fácil conocer la estructura y el movimiento de la Vía Láctea porque estamos dentro de ella. Es como querer conocer cómo es un bosque paseando bajo sus árboles», explica Rafael Bachiller, director del Observatorio Astronómico Nacional.

En este caso, los científicos utilizaron el radiotelescopio Very Long Baseline Array (VLBA), de la Fundación Nacional de la Ciencia de EEUU, un conjunto de 10 antenas, distribuidas por todo el país, que conforman una de las mayores instalaciones de observación desde la Tierra.

Debido a su gran capacidad para lograr imágenes de gran detalle -lo que se logra midiendo las ondas con rayos infrarrojos-, los investigadores han desarrollado un programa de medición. Sus resultados han sido presentados en la reunión anual de la Sociedad Americana de Astrofísica, celebrada estos días en Long Beach (California).

Los astrónomos observaron que había regiones de una prolífica formación de estrellas en toda la galaxia. En algunas de estas zonas, encontraron moléculas de agua que emiten radiaciones monocromáticas: son como el haz de un láser, pero en microondas y se denominan másers cósmicos. Estos másers son detectables por el VLBA.

Durante su investigación, observaron estas regiones en diferentes ocasiones -algunas veces cuando la Tierra estaba en la cara opuesta de su órbita alrededor del Sol- y tomaron medidas de las distancias y de los movimientos de las moléculas. «Eso nos ha permitido tener datos directos y utilizar el tradicional método de la triangulación para saber la velocidad, en lugar de tener en cuenta propiedades como el brillo, que se utilizan en otros estudios», explicaba en Long Beach el astrónomo Karl Mente, del Instituto Max Planck de Radioastronomía, en Alemania.

Con esta técnica, descubrieron que las distancias diferían mucho de las anteriores mediciones, en ocasiones hasta las doblaban. Encontraron también que las áreas de estrellas en formación que albergan los másers son las que «definen los brazos en espiral de la Vía Láctea», como añadía su colega Mark Reid.
Problemas económicos

Durante el encuentro, los astrómonos que han participado en este proyecto destacaron la gran capacidad de observación del radiotelescopio VLBA, cuya viabilidad económica parece estar en peligro tras unos años de abandono financiero por parte de la Administración Bush.

«El VLBA es capaz de fijar la posición de cada objeto que orbita alrededor de la Vía Láctea con una precisión asombrosa, mediante la medición de las radiaciones. Ello nos permite determinar movimientos en tres dimensiones de las estrellas en formación, que no siguen una trayectoria circular, sino que se mueven alrededor de le galaxia», aseguraron.

Coincidiendo con el encuentro californiano, el investigador Martin Pohl, de la Universidad de Iowa, también presentó ayer un mapa completo de los cuatro brazos en espiral de esta galaxia. Ya se sabía que la Vía Láctea está distribuida en un disco con un núcleo de estrellas y que fuera de ese área las estrellas se sitúan en brazos en espiral. Pohl y su equipo ha podido observar que existe una total simetría en la estructura de estos brazos: han probado que hay dos principales y otros dos más débiles, y no uno sólo uno como se creía.

Desarrollan el primer mapa integral de los brazos espirales de la Vía Láctea

El mapa muestra que la parte interior de la Vía Láctea tiene dos brazos espirales simétricos prominentes que se extienden hacia la parte externa donde sus ramas se convierten en cuatro brazos espirales.

Según explica Martin Pohl, un investigador de la Universidad Estatal de Iowa que ha participado en el estudio, "por primera vez estos brazos se han seguido por toda la Vía Láctea. Las ramas de los dos brazos podrían explicar por qué estudios previos, que han utilizado principalmente la parte interna o externa de la galaxia, mostraban datos contradictorios en el número de brazos espirales". Los resultados del trabajo los ha hecho públicos la Universidad Estatal de Iowa en un comunicado.

A medida que el Sol y otras estrellas giran alrededor del centro de la Vía Láctea, los investigadores no pueden observar los brazos espirales de forma directa sino que se tienen que apoyar en pruebas indirectas para descubrirlos. En la luz visible, la Vía Láctea parece una franja irregular y densamente poblada de estrella. Las nubes oscuras de polvo cósmico ensombrecen la región central de la galaxia por lo que no puede ser observada con luz visible.

El satélite COBE de la NASA examinó la Vía Láctea en luces infrarrojas utilizando un instrumento específico denominado DIRBE. La luz infrarroja convierte las nubes de polvo cósmico en casi transparentes.

Los científicos utilizaron los datos infrarrojos del satélite para desarrollar un modelo cinemático de flujo de gas en el interior de la galaxia. Este modelo permitió reconstruir la distribución de gas molecular en la galaxia y esto llevó al mapa de los brazos espirales de la galaxia.

La Vía Láctea es la galaxia mejor estudiada del Universo ya que el resto de galaxias se encuentran demasiado alejadas para observarlas de forma detallada. Los estudios sobre esta galaxia son un punto de referencia clave para la interpretación de otras galaxias.

Las estrellas de la Vía Láctea se distribuyen en un disco con un núcleo central dominado por una disposición de estrellas con forma de barra larga. Fuera de esta región central, las estrellas se encuentran en brazos espirales.

Además de los dos principales brazos espirales de la parte interna de la galaxia, existen dos brazos más débiles. Estos brazos finalizan a unos 10.000 años luz del centro de la galaxia, más alejado, el Sol se encuentra a unos 25.000 años luz de este centro galáctico. Uno de estos brazos se conocía desde hacía tiempo pero era un misterio debido a su gran desviación del movimiento circular.

El nuevo modelo explica esta desviación como resultado de alternancias en su órbita causadas por el tirón gravitacional de la barra central. El otro brazo simétrico de la parte más alejada de la galaxia se descubrió en los datos de gas.

Según los investigadores, el descubrimiento de este segundo brazo muestra que la simetría que predecían era correcta y que el interior de la galaxia es bastante simétrico en cuanto a estructura.

Segunda fuente: La Opinión de Tenerife: www.laopinion.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009010500_18_191481__Ciencia-y-Tecnologia-Desarrollan-primer-mapa-integral-brazos-espirales-Lactea